A MANUEL. Dos poemas…
TIEMPO PERDIDO
Había tanto qué decirte
y al tiempo no le di su valor,
no pensé que tan pronto fueras a irte
y dejarme sola sin tu amor
Hubiera querido decirte
cuánto,cuánto te amaba
pero pensaba…hay mucho tiempo
decía: mañana…y me quedaba callada.
Dejé el tiempo que corriera
como el agua entre las manos
y ojalá hoy yo pudiera
regresar a tiempos pasados
Pobre tonta e ilusa de mí
que conociendo por La Palabra
de que todo tiene un tiempo, al fin
dejé que el tiempo se pasara.
Cuando te lo vine a decir
yo no sé si me escuchabas
pues estabas postrado en cama
con tus ojos tan cerrados
Yo no sé si me escuchabas
con el alma ruego así haya sido
pues una lágrima rodaba
por tu rostro adormecido
Señal que sí me escuchabas
¿Qué habrás querido decirme?
Cuando ví correr tus lágrimas
Yo quería hasta morirme.
No sabes qué impotente me sentía
Sin poder hacer por ti, yo nada
Mi corazón sentía se rompía
Y a mi dolor nada, nada mitigaba.
Cuánta verdad hay en La Palabra
“Tiempo de callar…tiempo de decir,
tiempo de nacer…tiempo de morir,
tiempo de quedarse…tiempo de partir”
El tiempo de partir fue para ti
El tiempo de quedarse para mí
Y no es cosa de cuándo o cómo tú quieres,
Pues eso es cuestión de grandes leyes.
(Noviembre, 1989)
LA NOCHE
De la noche la sombra va cayendo,
y al flotar en mis manos sin tocarla
el perfume de tu esencia va dejando
caer en mi lecho como gasa delicada.
Calladamente con amor yo la recibo
como regalo tibio que me da la noche
y me quedo quieta, pues así percibo
la esencia de tu ser y permito que me toque.
El sutil velo de la noche va dejando
que penetren los rayos de la aurora
lentamente la noche se va alejando
y con ella la esencia de tu ser se va llevando dejándome otra vez tan triste y sola.
Pero de la aurora el rayo de luz bastó
Que penetrando también y sin tocarlo,
Diera luz a mi corazón, iluminando
A mi triste ser que seguirá esperando.
Y tengo la esperanza de volver a sentirla
Una noche más al final de cualquier día
Que esperando su sombra como amiga
Llegue trayendo de la lejanía
A poner en mis manos tu esencia divina.
(17 de febrero de 1994)